721 ESCUADRÓN DE FUERZAS AÉREAS

HISTORIA

El origen del 721 Escuadrón de Fuerzas Aéreas se remonta al mes de mayo de 1939, fecha en la que con motivo de la creación del Ejército del Aire se establece el Grupo de Escuelas de Levante compuesto por: Escuela de Transformación, ubicada en San Javier; Escuela de Pilotos nº 2, con sede en El Palmar; Escuela de Pilotos nº 1, posterior 721 Escuadrón de Fuerzas Aéreas, situada en Alcantarilla.

Los cursos impartidos en esta Escuela de Pilotos nº 1 cesaron el 17 de agosto de 1947, año en que se funda la Escuela Militar de Paracaidistas y por la que, además, se establece la disponibilidad de una Unidad de Transporte perteneciente a la Jefatura del Grupo de Escuelas de Levante para efectuar las prácticas de vuelos y lanzamientos paracaidistas. Fue durante estos primeros años de iniciación cuando la Escuadrilla de Vuelo comenzó a ser conocida como Escuadrilla de Transporte, siendo ésta su primera denominación oficial.

Los primeros pasos no fueron fáciles para la recién creada Escuadrilla de Transporte, debido a que el material aéreo existente (varias avionetas EE-3) no eran idóneas para este tipo de lanzamientos. En septiembre de 1947 se incorpora el primer avión de transporte propiamente dicho: el T-1 Savoia- 81 , al que le seguiría el 20 de enero de 1948 el primer T- 2B Junkers JU-52 procedente de Getafe. Con esta nueva adquisición ya todo parecía dispuesto para la realización del primer lanzamiento y así sucedió una fría mañana de enero, en la que los pioneros del paracaidismo saltando desde el JU-52 y horas más tarde del Savoia- 81, escribían la primera página de la historia de España en lo que se refiere a formación de unidades paracaidistas.

En 1949, año en que además se reorganizó el antiguo Grupo de Escuelas de Levante, la Escuadrilla de Transporte ya contaba con una plantilla de cuatro JU-52. La reorganización dio también lugar a que la antigua Escuela de Pilotos nº1 se llamara definitivamente Escuela Militar de Paracaidistas, siendo independiente del resto de escuelas y que la Escuadrilla de Transporte pasara a la Escuela de Paracaidistas.

Fue también durante estos primeros años de incesantes cambios cuando un 24 de febrero de 1950 en las inmediaciones del pueblo de Ceutí (Murcia), perecía al estrellarse su avión el teniente Pedro Muñoz Delgado, siendo el primer piloto caído en acto de servicio de la Escuadrilla de Transporte.

Prosigue la andadura de la Escuela y de la Escuadrilla de Transporte hasta 1954, año en que la Escuadrilla estrena el nombre de 76 Escuadrilla de Vuelo y que, como si de un talismán se tratase, viene precedido de la adquisición de un mayor número de aviones JU-52, llegándose a disponer de un total de ocho, que hicieron posible superar por primera vez la barrera de las mil horas de vuelo a final de año.

Con el paso del tiempo el aumento de la actividad en la Escuela no se correspondía con los medios existentes en la Escuadrilla de Transporte, pero las dificultades nunca representaron ninguna barrera para el personal piloto y especialista que siempre supo tener a punto los aviones y el material para cumplir con las crecientes demandas de la Escuela, siendo innumerables las misiones encomendadas, exhibiciones aéreas, lanzamientos y horas de vuelo realizadas.

En octubre del año 1960 la 76 Escuadrilla de Vuelo, pasa a denominarse Escuadrón de Transporte nº 84. Con posterioridad adquiere nuevas denominaciones como 771 Escuadrón de Vuelo (1965), y 405 Escuadrón de Fuerzas Aéreas (1967). Pero es en 1970 cuando el Escuadrón adquiere el nombre que en la actualidad se mantiene: 721 Escuadrón de Fuerzas Aéreas.

Durante los años 1971 y 1972 el Escuadrón sufre graves problemas de material debido al continuo esfuerzo al que están siendo sometidos los viejos JU-52. Esto ocasiona la baja de muchos de ellos, dando lugar a que a duras penas se pueden cumplir las misiones encomendadas al 721 Escuadrón. Estas dificultades se subsanan con la adquisición del Douglas DC-3 que permaneció en servicio hasta 1976.

Es en el año 1975 cuando se produce el verdadero cambio en el Escuadrón, ya que se van dando de baja las siempre fieles «Pavas» ( JU-52 ), que el correr de los años había envejecido. Aumenta la flota de aviones DC-3 y lo más positivo de todo es la llegada del versátil Aviocar, que se incorpora a la plantilla del 721 Escuadrón de Fuerzas Aéreas el 8 de octubre de ese mismo año. En mayo de 1977 finalizan las obras de construcción de la pista de asfalto 25/07 que vendría a sustituir al la antigua de tierra de orientación norte-sur (conocida esta orientación como sierra-vía).

Con la llegada de los Aviocar se incorpora a la Unidad un avión que, por sus características es apto para ascensos rápidos, vuelos nocturnos, lanzamientos de personal en todas las modalidades, entrenamientos de la Patrulla Acrobática de Paracaidistas, así como la instrucción de los pilotos en Vuelo Instrumental. Sus características parecen estar en consonancia con las necesidades de la Escuela, notándose rápidamente en la fluidez de los lanzamientos y en el número total de horas voladas hasta la actualidad. Siendo destacable el hecho de que este avión emplea unos diez minutos en realizar una rotación completa (carga de paracaidistas, despegue, lanzamiento, descenso, aterrizaje y listo para cargar de nuevo).

No en vano es la Garza el emblema e indicativo del Escuadrón; majestuosa ave que con una pata encogida y otra apoyada en el suelo, simboliza la serie de subidas y bajadas que se realizan para efectuar los lanzamientos paracaidistas.

Material Aéreo

La dotación de aviones formada por los Douglas DC-3, Junker-52 y Aviocar, es la que sin duda ha contribuido a escribir la larga historia de este Escuadrón de Fuerzas Aéreas. Habiéndose realizado un total de algo más de 107.451 horas de vuelo, transportado a 744.927 personas lanzado a 1.251.307 y realizando 184.728 tomas. Es obligado pues, mencionar un lema que bien podría definir el espíritu de todos los pilotos y mecánicos que pasaron por este Escuadrón «Nunca tan pocos lanzaron a tantos».

Además de los aviones anteriormente citados, que han sido sin duda el cuerpo y alma del Escuadrón de Vuelo, no se puede olvidar a otros que también prestaron un valioso servicio, como fueron la E-4 (1954-1958 ), la L-8 (1959-1962 ), la E-9 ( 1962-1968 ), la L-8C (AISA) ( 1963-1967 ), la L-9 (Dornier 1979-1981), todas ellas avionetas de apoyo, enlace y reconocimiento de zonas.

MISIÓN

Las misiones que son encomendadas y realizadas por el 721 Escuadrón de Fuerzas Aéreas abarcan un amplio abanico, permitiéndole alcanzar y mantener un alto grado de preparación que, sumado a la elevada operatividad demostrada con sus más de 73.216 horas de vuelo de los Aviocar, hacen de este Escuadrón uno de los más polivalentes de nuestro Ejército del Aire. Los roles marcados son: entrenamiento y transporte de corto alcance, como primario y secundario respectivamente.

Con respecto a su rol primario el Escuadrón apoya en primer lugar al Grupo de Enseñanza de la Escuela Militar de Paracaidismo en el desarrollo de la totalidad de los cursos que este Grupo imparte, mediante el lanzamiento de personal y cargas. De igual forma contribuye a llevar a cabo el cumplimiento de los planes de instrucción y adiestramiento básico de la plantilla de profesores e instructores paracaidistas de dicho Grupo.

En segundo lugar apoya a la Escuadrilla de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC) en el desarrollo de todas sus actividades mediante el lanzamiento de personal. También se realiza el transporte de personal y material para el despliegue de dicha Unidad en todo tipo de ejercicios.

Apoyo a la Armada, al Ejército de Tierra y Guardia Civil, para dar cumplimiento a sus planes de instrucción y a la realización de sus ejercicios. Merece especial mención el apoyo continuado que es prestado al Acuartelamiento de Santa Bárbara del Ejército de Tierra, así como a la Infantería de Marina y a los Grupos de Operaciones Especiales.

Apoya en su entrenamiento diario así como en sus desplazamientos, tanto nacionales como al extranjero, a la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire (PAPEA), contribuyendo de esta manera en la preparación y mantenimiento de una de las mejores patrullas acrobáticas paracaidistas del mundo, como ha demostrado en numerosas ocasiones.

Realiza los vuelos de apoyo, transporte y lanzamiento necesarios para dar cumplimiento a las exhibiciones paracaidistas a realizar por la PAPEA, la EZAPAC, los profesores e instructores del Grupo de Enseñanza y el Batallón de Instrucción Paracaidista del Ejército de Tierra.

Mantiene un estrecho contacto y espíritu de colaboración con la Federación Nacional de Deportes Aéreos y otros organismos civiles ajenos al Ejército del Aire prestando su apoyo para la realización de campeonatos de paracaidismo, entrenamiento de deportistas nacionales y realización de exhibiciones aprobadas por el Mando.

Futuro

Existe una inquietud constante en los componentes del 721 Escuadrón de Fuerzas Aéreas por mantenerse al día en todo lo relacionado con la actividad aérea, no cesando en el empeño de seguir progresando, mediante el trabajo diario y la incorporación progresiva de todos aquellos medios que le permitan estar preparados para afrontar las misiones que como consecuencia de los cambios que se producen en la actualidad le pudiese encomendar el Mando.

A todo lo anterior se suma el gran acierto que en 1947 tuvo aquella comisión constituida por el teniente coronel Benavides y los capitanes Salas y Alario determinando que fuera el Aeródromo de Alcantarilla el lugar más adecuado para efectuar los lanzamientos paracaidistas.

Todo esto no ha pasado inadvertido para algunos países miembros de la OTAN, como Alemania, Gran Bretaña y Bélgica que se han interesado en desarrollar sus cursos en Alcantarilla. De hecho, en la actualidad, se vienen realizando con alguno de estos países intercambios, reuniones interescuelas y ejercicios paracaidistas.